septiembre 11, 2006

Libertad de paranoia

Por Eric J. Juárez

A uno le da por defender las causas más irrescatables del mundo alguna vez: el derecho a la vida, el derecho a la muerte, igualdad de géneros, igualdad de razas, abolición de la esclavitud, paz mundial. Todos esos nombres de utopías comúnes, de lugares de encuentro donde nuestras mentes tarde o temprano pasan a dejar sus huellas, pero ahora hay uno de moda en nuestro medio y es el de la libertad de expresión.

En este contexto nos damos a la tarea de preguntarnos hasta dónde un hombre y aquellos miles que coulgan con sus ideas pueden expresarse en la mitad de una de las avenidas más importantes de la Ciudad de México, hasta dónde el Presidente de nuestro país puede decir lo que él piensa sin meter en ello al Presidente y lo que éste piensa, lo mismo de las Iglesias y los empresarios y cualquier hijo de vecino; tan delgada es esta línea y tan vasta que raya también en los límites de la locura: La libertad de paranoia. A Obrador le da por pensar que las televisoras están en contra suya, a Calderón que Obrador es un peligro para México y a mí que MSN ya no me quiere en sus espacio públicos. Dado que no puedo fundamentar mis posiciones respecto al pensamiento de aquellos dos entes políticos, al menos sí sustentaré mi paranoia.

Dió la casualidad de que desde que inicié a publicar escritos ligeros poniendo en duda la credibilidad de las instituciones electorales, declaré mi postura política abiertamente y se me ocurrió comenzar a decir lo que pensaba mi Space comenzó a fallar, claro que todos sabemos que esos espacios fallan el cincuenta por ciento del tiempo, pero ahora no podían poner comentarios en mi página y luego yo no pude poner más comentarios en ninguna página. Esto no refleja que detrás e MSN haya una mente malévola que está al tanto de los miles de Spaces regados por el mundo y haya decidido que lo que escribía no debía ver la luz, por el contrario muestra sólo el punto en el que se encuentra la libertad de expresión en nuestra realidad cotidiana en la que un ciudadano normal se siente vigilado y censurado aunque no pueda demostrarlo; ahora pensémos en qué situación de temor se hallan los periodistas, caricaturistas, analistas políticos y demás seres críticos del mundo ¿Se sentirán seguros de poder expresarse? A mi parecer no deben sentir gran seguridad, excepto la seguridad de que habrá quienes estén de acuerdo y quienes no.

Es curioso que un noticiero que escucho desde niño de nombre Monitor, su conductor Gutiérrez Vivó, y un prestigiado psiquiatra y criminólogo llamado Ernesto Lammoglia, por dar solo algunos nombres, sean constantemente atacados por su público por estar criticando las ideas del actual gobierno, e incluso que, en el caso del Doctor Lammoglia, probablemente haya recibido una severa "llamada de atención" por sus comentarios ya que en recientes fechas sus análisis políticos se han vuelto comentarios ligeros sobre lo que pasa aquí y ahora.

¿Será que la libertad de expresión y la libertad de prensa están siendo controladas de manera mucho más sutil y eficiente ahora? ¿Por qué los atentados contra periodicos en el sureste mexicano? Llama la atención que nunca se identifica a los agresores, y que rara vez quienes llaman a las estaciones de radio para hacer su comentarios a favor del régimen actual no dejen sus nombres. Tal vez sólo es carencia de valor, tal vez no ¿La libertad de asociación también es un mito, la democracia?

Por el momento los dejo para que vean con desconfianza a su espejo y analicen si su reflejo coincide con ustedes, si su realidad es la que sostienen que viven. Tal vez las criaturas de los espejos, como dice Borges, comenzarán pronto la rebelión.

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